La Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha obtenido financiación de la consejería de sanidad del gobierno manchego para la realización del proyecto de investigación ‘Impacto del confinamiento domiciliario del COVID-19 sobre la salud de los adultos mayores: un “experimento natural” en España’.
Los principales responsables de la iniciativa son los jefes de grupo e investigadores del CIBERFES Ignacio Ara Royo, catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y Francisco Jose Garcia-Garcia, jefe del Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario de Toledo-SESCAM. Los dos acompañaron a la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, en la rueda de prensa de presentación del proyecto de investigación celebrada el pasado 5 de noviembre.
El proyecto tendrá una financiación de 30.624 euros para al diseño, desarrollo e implantación de medidas de salud pública para responder eficazmente a la epidemia en curso de SARS-COV-2. Se prevé que los resultados permitirán caracterizar mejor el impacto de parte de la respuesta de salud pública frente al COVID-19 en ciertos grupos, así como sugerir medidas basadas en la evidencia para paliar algunos efectos nocivos que se hayan producido durante la cuarentena y que han vivido grupos concretos de especial vulnerabilidad.
Para llevarlo a cabo se estudiarán más de 1.500 personas mayores de Castilla- La Mancha pertenecientes a dos cohortes diferentes de investigación: la cohorte EXERNET (UCLM), que está coordinada por Ignacio Ara Royo; y la cohorte Estudio Toledo Envejecimiento Saludable (SESCAM), que cuenta con la coordinación de Francisco Jose Garcia-Garcia. Los investigadores evaluarán los efectos que sobre este colectivo está teniendo la pandemia y poder implementar futuras políticas de salud pública sobre este colectivo.
Destacando la labor de los tres grupos del CIBERFES en dicha Comunidad Autónoma, la consejera Rosa Ana Rodríguez, apuntó en su presentación que “es una de las regiones líder en investigación en el ámbito del envejecimiento activo y la fragilidad a nivel nacional”.
“Este proyecto tenía que realizarse por el interés en sí de la iniciativa”, destacaba la consejera de Educación. “Pero también por las derivas que las políticas de envejecimiento activo pueden tener como consecuencia de los estudios tan serios y firmes de este proyecto. Porque una vez conocidos los resultados se abrirán nuevos programas encaminados a la mejora de la calidad de vida de nuestros mayores”, finalizó.